martes, 7 de agosto de 2012


HISTORIA DE LAS PANDILLAS











Las acciones delictivas desarrolladas, como la violencia contra otras pandillas en ciudades norteamericanas, principalmente la conocida como la "18" (integrada mayoritariamente por migrantes mexicanos), generó la respuesta represiva de las autoridades policiales y de inmigración de EEUU, que rápidamente optaron por encarcelar a sus miembros y deportarlos hacia sus países de origen, lo que refuerza en estos el problema social de la delincuencia.
Existe pues una transculturación del fenómeno social, que lleva a algunos a afirmar que su origen se encuentra en la repatriación de individuos que llevan con ellos el germen de tales pandillas
Mara Salva trucha, MS-13 o "MS" son nombres con los que se conoce a una agrupación de jóvenes pandilleros, conformada en su mayoría por inmigrantes, principalmente de El Salvador, que llegaron al estado de California EEUU, a principios de la década de los años ochenta, huyendo de las condiciones creadas por la cruenta guerra civil en ese país centroamericano (1979-1992), en una época en que al menos tres países de la subregión estaban en pleno conflicto político y militar.
Posteriormente se extiende a muchas ciudades de Estados Unidos e incorpora a otros grupos de migrantes de otros países de América Latina, como Honduras, México, Perú, Ecuador, Guatemala y Nicaragua, que se han concentrado históricamente en California.


 

Origen del Nombre Mara
La palabra "mara" es el equivalente centroamericano a lo que en España sería "pandilla" "colla", esto es, grupo de amigos de la misma colonia, pueblo o del mismo instituto o escuela ("maras de estudiantes" y no tiene nada que ver con la palabra "marabunta"). La Mara 18, efectivamente, al igual que la Mara 13 o Salva trucha, nacen en Los Ángeles (Estados Unidos) en las calles 13 y 18 como respuesta defensiva ante la sociedad anglosajona, blanca y protestante. Son parte del fenómeno de pandillas de diferentes etnias en esas mismas calles que nacieron en los 60s. Efectivamente, las maras se crean en El Salvador, Guatemala y Honduras y en menor medida en Nicaragua y México con la repatriación de salvadoreños de pasaporte, pero que habían nacido y se habían criado en los EE.UU. De esa transculturización arranca el fenómeno que hoy en día supone el mayor peligro para las democracias de dichos países.
 
La palabra "salva trucho" es el equivalente a "salvadoreño espabilado" y obviamente SALVATRUCHA es la unión de dichos salvadoreños. Posteriormente tienen entrada ciudadanos de otros países, especialmente guatemaltecos (chapines) y hondureños (catrachos).

Identidad de  símbolos entre las Maras 

 
Su rasgo de identidad característico es el número 13 expresado de distintas maneras, utilizan el color azul para representar también tomado como símbolo de la decimotercera letra del alfabeto (M) como contracción de Mara y la letra S, como contracción de Salva trucha. El término "Salva trucha" tuvo origen en la guerra civil que envolvió El Salvador en los años 80. De designar a los guerrilleros salvadoreños, el término pasó a referirse a cualquier joven o individuo de carácter o apariencia amenazadora. Los integrantes de la pandilla tienden a reproducir las iníciales MS en muchas formas, en su mayoría como tatuajes en la cara, el pecho y la espalda. Estos son creados a través de un lenguaje de señas que les resulta propio. Las iníciales MS XIII además se reproducen en forma de grafiti, marcando el espacio dentro de su dominio territorial. Muchos de estos hacen referencia a los orígenes geográficos de la pandilla en la ciudad de Los Ángeles. Sus enemigos suelen ser norteños que utilizan el color rojo. En algunos casos hay problemas con pandillas de afroamericanos como los Clips y los Bloods.

 
Raíces Sociales de las Maras
Por su conformación social tanto en su lugar de origen como en su lugar de destino, de jóvenes sin oportunidades laborales, sin educación, sintiéndose excluidos en sus países de origen y sin mayor aceptación en el país receptor, son caldo de cultivo ideal para el crimen organizado que les encarga tanto de manera directa como indirecta, realizar sus acciones delictivas de todo tipo, desde pequeñas actividades a nivel de barrios o vecindarios, hasta acciones tipo comando de asaltos o crimen por encargo, ligado a actividades de drogas, su comercialización y las disputas de mercado entre bandas rivales.

 
En general se trata de un producto social originado por el sistema que ha excluido a inmensas mayorías de nuestros países, sin tener propuestas válidas y múltiples para el futuro de las mismas, las que hacen lo que se puede para sobrevivir, incorporando el producto de una guerra, el aprendizaje en el sub-mundo del crimen organizado, la transculturación de los deportados y las mismas condiciones de exclusión que continúan vigentes en cada lugar.
Como tales condiciones continúan vigentes, ahora se aprecia que siendo tan numerosas, ampliamente distribuidas en los diversos territorios y con la necesidad imperiosa de sobrevivir, han ido posicionándose de lugar propio en las actividades ilegales en general, por lo que son tomadas por los organismos de seguridad como parte del crimen organizado, utilizando contras ellos los mismos métodos de combate para su diagnóstico y tratamiento, tanto policial, de seguridad, servicio de inmigración, político y social.


 
 
Las Condiciones Previas y el Mal de Siempre: La Pobreza
De la época de la guerra aprendieron que las disputas entre personas o grupos las gana el más violento (escuadrones de la muerte, ejército y policía, cuerpos especiales anti-subversivos, grupos guerrilleros etc.), que el método más perenne utilizado por sus mayores era siempre violento, siendo algunos de ellos testigos o víctimas directas del uso de la violencia en contra de sus propios familiares por quienes se suponía estaban para defenderlos o protegerlos, como representantes militares o policiales de la autoridad gubernamental.
 
Con todos estos antecedentes estos jóvenes tienen ya el estado mental y social, como recursos previos que da lugar a las herramientas más letales para utilizarlas crecientemente en cualquier momento, ya sea de supervivencia o para sus actividades cada vez más criminales. Al existir en sociedades donde ha habido conflictos bélicos, se hace muy fácil conseguir armas de todas partes, pues los distintos actores bélicos se deshacen de diversa manera de sus instrumentos, los que se ponen accesibles en una especie de mercado ilegal que surge en el momento del final oficial del conflicto.
La mayoría provienen además de hogares pobres, sin ingresos suficientes para su mantenimiento o desarrollo, desintegrados, con ejemplos vivos de violencia intrafamiliar de todo tipo en contra de 

 
las mujeres de la familia, sin la tolerancia necesaria, eventualmente extrañados del hogar por medidas arbitrarias de sus mayores, encargados o responsables, y sin el aprendizaje regular de la escuela, la cual todos han abandonado en su momento, se vuelven de forma instintiva en la aplicación de mecanismos de defensa como grupo, como pandilla, que sólo conoce la violencia como forma apropiada de conducirse.

 

JOVENES EXPUESTOS  A PERTENECER  UN GRUPO DELINCUENCIAL
En El Salvador tenemos el concepto la mayor parte de gente de que la violencia es originada principalmente por las maras, cuando en realidad es que las maras son fruto y consecuencia de la violencia.

Todo inició con la guerra en los años 80´s. Esta guerra culminó con los acuerdos de paz que no fueron cumplidos en su totalidad con respecto a la distribución de las tierras, las oportunidades de progresar e igualdad en la justicia. Muchos guerreros tanto del bando de la guerrilla como del ejército quedaron sin empleo y oportunidades, lo que los incentivó a usar las armas y su entrenamiento para delinquir. Había muchos jóvenes   y niños huérfanos por la guerra. Además, el éxodo de salvadoreños que emigraron hacia los Estados Unidos, huyendo de la guerra y buscando oportunidades permitió la desintegración del núcleo familiar perdiendo así la base fundamental del desarrollo y el carácter de las personas, la cual se basa en la familia.


 
Una sociedad marginada acostumbrada a vivir en un ambiente de violencia y que carecía del cariño, educación y protección de la   familia; junto a la mala influencia de las pandillas de los Estados Unidos que influenciaron a jóvenes deportados a El Salvador,   fueron los ingredientes perfectos para formar un nuevo tipo de grupos violentos que buscaban una identificación o integración y sentido pertenencia, que falsamente lo encontraron en las pandillas.

Estos grupos denominados maras, han ido profundizando sus conductas violentas hasta el punto de perder todos los escrúpulos y valores de la convivencia humana, llegando al punto de ser tildados de enfermos mentales y diabólicos.   Muchos no tienen esperanza de salir de ese círculo profundizando cada vez más el nivel de barbarie y forma de delinquir.